27 junio, 2012





El sol y el calor son inevitables y hasta convenientes, pero tienen efectos negativos innegables sobre la piel. Desde la SEMCC (Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética) nos recomiendan una serie de acciones para contrarrestarlos.




 Consejos en relación con la piel y la exposición solar
  • Educar y proteger adecuadamente a los niños y adolescentes de la radiación solar.
  • Evitar la exposición al sol entre las 12 y las 16 horas.
  • Considerar que ni las nubes ni los cristales frenan la radiación ultravioleta.
  • Considerar la existencia de superficies reflectantes: nieve, agua, arena, hierba, asfalto.
  • Considerar que con la altura (altura respecto del mar) aumenta la intensidad de la radiación.
  • Considerar que a menor latitud, mayor irradiación.
  •  Exponerse progresivamente al sol y evitar las quemaduras. Como norma general, tomar 10 minutos más de sol cada día hasta un máximo de 2 horas.
  • Evitar la exposición al sol con la piel mojada (efecto lupa).
  • Utilizar gorras, sombreros, sombrillas, gafas de sol, ropas que cubran suficientemente. Y para tomar el sol un buen fotoprotector.
  • Para exponerse al sol, todas las personas deben utilizar un fotoprotector, pero especialmente:
    a. Los niños.
    b. Las mujeres embarazadas.
    c. Las personas con piel clara (fototipos I, II y III).
    d. Las personas sometidas a exposición solar intensa (por motivos laborales, etc.).
    e. Los pacientes con fotodermatosis y enfermedades fotosensibles.
    f. Los pacientes en tratamiento con fármacos fotosensibilizantes.
    g. Los pacientes que reciben tratamientos inmunosupresores.
    h. Los pacientes con antecedentes de cáncer cutáneo y/o lesiones precancerosas (consultar con el dermatólogo).
  • El factor de protección, también denominado índice de protección, indica la eficacia protectora de un filtro solar. Por ejemplo, si una persona desarrolla eritema (enrojecimiento) tras 10 minutos de exposición al sol, el uso de un filtro solar FP-15 prolonga 15 veces más, es decir 150 minutos, la aparición del eritema.
  • Utilizar un tipo de protector adaptado a cada tipo de piel y a las condiciones de exposición al sol. Incluso si el día está nublado. Existen protectores solares infantiles que tienen unas características específicas: son especiales para las pieles sensibles, muy hidratantes, con un factor de protección elevado, así como resistentes al agua, al roce y a la fricción.
  • Utilizar un protector solar no debe ser la excusa para aumentar el tiempo de exposición.
  • No utilizar cremas bronceadoras intensificadoras del efecto de la radiación ultravioleta, ni colonias o productos perfumados antes de la exposición al sol.
  • Aplicar el protector solar entre 1/2 y 1 hora antes de la exposición. Es aconsejable extender el fotoprotector con generosidad (una capa fina de 1 mm es correcto) y de forma uniforme, sobre toda la superficie del cuerpo (sin olvidar las orejas, la nariz, el cuello, el escote y los empeines en los pies) sobre la piel completamente seca.
  • En el caso de manchas cutáneas o tendencia a que aparezcan, es mejor utilizar algún producto con efecto pantalla total.
  • Reaplicar cada 2 horas y después de bañarse o sudar.
  • Las condiciones ambientales (fundamentalmente la luz y el calor) pueden alterar el producto; evite adquirir productos sometidos a condiciones ambientales extremas (por ejemplo, los que están expuestos a la intemperie). Una vez abierto, el fotoprotector se debe consumir en la misma temporada.
Y ante cualquier lesión cutánea sospechosa, sobre todo
» si aumenta de tamaño,
» si produce dolor o picor,
» si cambia de color o de forma,
» si tiene costras o sangra,
evitar la exposición solar y acudir inmediatamente a un especialista.
Ademas debemos de proteger nuestro cabello del sol:
*Con un protector solar para el cabello, aplicar por todo el cabello antes de la exposición al sol y sobre todo para protegerlo del agua del mar y de la piscina.

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